El ataque masivo con drones y misiles dejó al menos cuatro muertos, entre ellos un bebé, y causó daños significativos en el edificio del Gabinete de Ministros ucraniano, marcando una escalada sin precedentes en el conflicto.

En la madrugada del 7 de septiembre, Rusia lanzó una ofensiva aérea masiva sobre Ucrania, utilizando más de 800 drones y 13 misiles. El ataque —el más intenso desde que comenzó la guerra en 2022— alcanzó por primera vez la sede del Gobierno de Ucrania en Kiev, provocando incendios y daños estructurales en el edificio del Gabinete de Ministros.
Al menos cuatro personas murieron, incluyendo a un bebé, y 44 resultaron heridas en diversas regiones del país. El ataque afectó a 33 ubicaciones, incluyendo zonas residenciales y gubernamentales en Kiev.

Las defensas antiaéreas ucranianas interceptaron la mayoría de los drones y misiles, aunque el impacto fue devastador por su magnitud e intensidad.
La primera ministra Yulia Svyrydenko confirmó que el techo y los pisos superiores del edificio gubernamental fueron alcanzados por primera vez en el conflicto, lo que el presidente Volodímir Zelensky calificó como un “crimen consciente y un alargamiento de la guerra”.

Este hecho ha sido calificado por líderes europeos como un mensaje impío contra la diplomacia. La presidenta de la Comisión Europea, Ursula von der Leyen, manifestó que “el Kremlin se burla de la diplomacia”, mientras que el presidente francés, Emmanuel Macron, advirtió que Rusia se atrinchera en el terror.