Durante la canonización en la Plaza de San Pedro, el pontífice dirigió un mensaje de afecto y reconocimiento a los peregrinos de la devoción peruana, que acompañaron la imagen del Señor de los Milagros en Roma.

En un emotivo momento que reforzó los vínculos entre la Iglesia universal y la devoción peruana, el Papa León XIV pronunció un saludo especial a la Hermandad del Señor de los Milagros, presente en la canonización celebrada en la Plaza de San Pedro, en el Vaticano.
Miles de fieles, en su mayoría de origen latinoamericano y especialmente peruanos, conformaron una procesión que acompañó la imagen del Cristo Moreno hasta Roma. Durante el rezo dominical del Ángelus, el Pontífice dijo: «Saludo a los demás peregrinos presentes, especialmente a la Hermandad del Señor de los Milagros, que celebró la tradicional procesión».

La procesión y el reconocimiento papal tienen un significado simbólico de primer orden. La devoción al Señor de los Milagros —una de las manifestaciones religiosas más importantes del Perú— traspasó fronteras y logró un espacio central en el corazón de la cristiandad.
El Papa asimismo destacó el carácter misionero de la Iglesia y señaló que en esta jornada la comunidad cristiana se renueva en su envío al mundo: «La Iglesia es enteramente misionera», expresó, invitando a los fieles a ser «misioneros de esperanza entre la gente».

Para muchos devotos peruanos y latinoamericanos, el gesto adquiere relevancia tanto espiritual como cultural. Más que un saludo protocolar, representa un reconocimiento desde la Santa Sede a una tradición de fe que une a millones.
Con esta manifestación, el Papa León XIV reafirma que los lazos entre la Iglesia de Roma y las expresiones populares de fe siguen vigentes y se nutren mutuamente.
